lunes, 21 de septiembre de 2009

Mundo saturno



Aún lo recuerdo, viernes 4 de septiembre del 2009. Estaba yo junto a Daniela en el parque. Ella me estaba hablando sobre su ex novio, decía que todos los hombres eran iguales, típica frase de nosotras las mujeres. Yo siempre he pensado que por ser tan fantasiosa me voy a quedar soltera toda la vida, porque siempre busco lo más parecido a un príncipe azul, y cómo encontrarlo si ese tipo de hombres no existe. Después me despedí de Daniela y me fui a mi casa. Por la noche tuve un sueño algo raro. Estaba en un bosque y cada vez que avanzaba por aquel bosque, encontraba más criaturas fantasiosas como duendes, unicornios y hadas. Las hadas me gustaban mucho, siempre había soñado con ser una más de ellas. Siempre las imaginé buenas y bondadosas, pero en mi sueño eran diferentes, eran malas y envidiosas con las personas. Sentía que el sueño era tan real que dentro del pude sentir muy adentro de mi esa mirada de odio, pues sin darme cuenta antes, en el sueño yo era la princesa Antonia, y las hadas a quien más envidiaban era a las princesas.

Caminando por el bosque llegué a mi castillo; Estaba muy feliz, pues siempre había soñado estar en uno. Llegando a mi habitación, dentro del castillo, la nodriza me llama para ir a almorzar con mis padres. Estando en la mesa le empecé a hacer caras feas a mi padre, lo hice porque en la vida real siempre se lo hacía a mi padre y el amablemente me sonreía; Pero en el sueño fue diferente. En pleyades no se podía hacer ese tipo de cosas o gestos, puesto que era una falta de respeto enorme. Me sentí muy mal y me fui rumbo a mi cuarto, en el pensaba que claramente que los cuentos de hadas no eran tan felices como me los imaginaba, eso no quiere decir que me haya dejado de gustar la fantasía, pero sin embargo ya no me gustaban este tipo de cuentos.

Cuando desperté del sueño me sentí muy aliviada, estaba en mi casa, que alegría. De a poco fui mirando mí alrededor y no era mi cuarto, si no otro, raramente este cuarto me parecía conocido, como si siempre hubiese estado durmiendo ahí. Me volví a acostar a ver si despertaba de este largo sueño, pero se encendió la radio diciendo: ¡Buenos días mundo Saturno! Era allí donde yo realmente vivía y está era la realidad




cuento creado por Leslie H.A

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